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Publicidad con preservativo


Aquí todo es bullying, machismo o discriminación. Somos una sociedad grave, incapaz de reírse de sí misma.

No sé si por esconder la cabeza, por buscar alguna excusa o simplemente por justificar lo injustificable, muchas veces ante la crítica de que la publicidad chilena está cada día peor, respondo que es injusto comparar los comerciales premiados de Brasil, Argentina, o incluso Perú o Colombia, con los comerciales que uno ve en una tanda habitual en Chile.

Defiendo a rajatabla el hecho de que si comparamos lo que ves cada día en el noticiero de tu televisor con lo que te encuentras en la habitación de tu hotel en cualquiera de los países mencionados, en el peor de los casos empatamos.

Pero sé que estoy mintiendo. Suelo encontrarme en el cable con una seguidilla de comerciales argentinos de productos tan variados como insecticidas, empresas de celulares, sopas, detergentes o cervezas, que seguramente no ganarán un oro en Cannes, pero que logran sacarte una sonrisa y aplaudir la idea, el guión y la actuación espontánea, de los protagonistas.

Se queda uno con la sensación de que los tipos se divierten haciendo publicidad. Buscan ideas, personajes, maneras de vestir, modismos, situaciones y locaciones que antes de que descubras que se trata de un spot publicitario, te capturan y te hacen desistir de la mecánica idea de hacer zapping.

Jim Carrey, el famoso comediante norteamericano, comentó en una reciente entrevista que dada la exagerada hipersensibilidad de la sociedad actual, cada día se está haciendo más difícil hacer comedia. Una sociedad intolerante que se siente ofendida cuando alguien dice las cosas por su nombre. Y resulta que la sociedad chilena, lleva la bandera de la denuncia y el castigo ante situaciones que le parecen una ofensa a las minorías o a las “personas diferentes”. Aquí todo es bullying, machismo o discriminación. Somos una sociedad grave, incapaz de reírse de sí misma.

Un afamado director creativo de allende los Andes me dijo alguna vez, comparando la actitud ante el sexo de los argentinos respecto a los brasileros, que en Argentina “se comete el sexo” y en Brasil “se practica”. Pienso que en Chile los publicistas estamos “cometiendo la publicidad” mientras en otros países la están disfrutando. La hacemos “con condón” para no caer en situaciones embarazosas. El no poder decirle gordo a un gordo, pelado a un pelado, cojo a un cojo, hace que cada situación, cada palabra, cada estereotipo tenga que ser medido para que las palabras dichas y el tono en que se dicen sean los correctos. Y en consecuencia, los diálogos y situaciones, lejos de hacernos sonreír, terminan por hacernos enojar o censurados por el Conar.

Nuestra gravedad ante asuntos que antes simplemente nos hacían reír de buena gana, ha llegado a tal límite, que nos hemos llenado de fundaciones que ponen el grito en el cielo cuando se toca la sensible epidermis de personas que se ofenden por todo, instituciones con inmensa cobertura mediática y con una influencia enorme en las redes sociales y en nuestros tan honorables parlamentarios.

No quiero dejar la idea de que ésta es la única causa de nuestra feble publicidad. Pienso también que estamos “guateando” feo en cuanto a la audacia. Hay una evidente impericia especialmente en lograr personajes, situaciones y diálogos imaginativos, y tenemos en muchos de nuestros clientes a personas temerosas que no están dispuestas a apostar por ideas más frescas, situaciones alejadas de los clichés y personajes que si bien no representan a nuestra sociedad más habitual, logren captar la atención justamente por romper con la gente común y a través de sus fobias, obsesiones, modismos y conductas, hacer más relevante los beneficios de un producto y más interesante nuestra previsible y aburrida tanda publicitaria. Ante el temor de no molestar a nadie hemos caído en la desgracia de no interesar a nadie. La gente de nuestros comerciales es gente normal que habla en forma normal, se viste en forma normal y vive de forma normal. Y nadie mira una película, va a un espectáculo, se hace fan, ni se enamora locamente de una persona demasiado normal.

Por Jaime Atria

http://bit.ly/JaimeAtria-Bulb

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