El fin del modelo de trabajo tal y como lo conocemos
Artículo publicado en Revista Observatorio de Recursos Humanos Junio 2020 N° 157
Aunque de manera forzada por la situación, estamos siendo cobayas de nuestros propios vaticinios. Pensábamos que la transformación del mundo del trabajo sería una especie de advenimiento de robots a los que queríamos, incluso, poner a cotizar a la Seguridad Social. Ahora hemos comprobado que era mucho más sencillo que eso y que, además, debemos estar preparados para que vuelva a suceder. Preparémonos para hacer gestión del cambio en estado puro.

Si hay algo que nos ha enseñado el Covid-19 es lo rápido que pueden cambiar las prioridades. Lo que un día era importantísimo para el negocio de repente dejó de serlo, apareciendo otras necesidades que estaban completamente fuera de radar. Pero de entre todo este caos, hay al menos una cosa que podemos afirmar con rotundidad: a partir de ahora, lo único constante será el cambio.
Hablar de cambio dentro de una compañía siempre incomoda, porque es algo que nos trastoca los planes, nos obliga a prepararnos para lo desconocido. Y no negaré que el punto de partida es de lo más incierto, ya que incluso los estudios de tendencias (como KPMG o Deloitte) solo se aventuran a vislumbrar los retos que nos depara el corto-medio plazo, y desde un punto de vista puramente operativo.
Pero esto tiene sus riesgos. Y es que centrarnos en el ahora, por caótico y difuso que sea, nos impide trabajar en lo que realmente importa: la evolución de nuestro negocio para afrontar una nueva y cambiante realidad. Porque no, señoras y señores… Esto no va de teletrabajo, ni de organizar equipos a distancia, ni siquiera de dar el salto del negocio offline al online… Va de algo mucho, mucho más amplio. Hablamos de un cambio completo de las formas de trabajo tal y como las conocemos.
Lo explica perfectamente Zabeen Hirji, Chief Human Resource Officer del Royal Bank Canada, en este artículo para Forbes: “Hemos sido expulsados de nuestros viejos modelos y formas de trabajo, y hemos llegado a este punto sin planearlo». Pues bien, es momento de trabajar en ese planteamiento, de afrontar el cambio sin miedo para crear un modelo de trabajo adaptable y flexible. Pero si miramos más allá, ¿cuáles son los retos que debemos enfrentar en las compañías para transformar el Big Picture?
CONSEGUIR UNA MENTALIDAD «SIN MIEDO AL CAMBIO»
Cuando se plantea un reto como el que hemos afrontado, lo natural es ponernos rápidamente a buscar soluciones prácticas. Pero lanzarnos a la aplicación no implica que la misma tenga éxito. Necesitamos un cambio de mentalidad que acepte los cambios como parte natural de nuestra forma de hacer las cosas, ya sean por necesidad del mercado (adaptando productos o servicios a las circunstancias) o por la forma de organizar y coordinar el trabajo de forma interna.
Pero esto no se limita solamente a contar con la tecnología adecuada. Ni a tener la infraestructura y las herramientas necesarias para trasladar mi puesto de trabajo del punto físico A, al punto físico B. Si nuestros equipos no consiguen “conectar” con su entorno más allá del sentido literal de la palabra, ninguna tecnología podrá conseguir que trabajemos de forma eficiente.
CUIDAR Y MANTENER LA AUTÉNTICA FLEXIBILIDAD
Últimamente a todos se nos llena la boca con la panacea del trabajo a distancia. Un teletrabajo, si me permites el comentario, bastante dudoso, ya que ahora mismo no es posible desarrollarlo con eficiencia a causa de las situaciones extraordinarias que vivimos en nuestros hogares.
Debemos ser capaces de mantenernos flexibles, de crear un nuevo modelo de trabajo adaptable, moldeable según las circunstancias y los individuos, pero sin irnos a los extremos: no consiste en pasar de “estar todos en la oficina” a “estar todos trabajando a distancia”. Las opciones deben seguir abiertas, creando un modelo híbrido que acoja a unos y a otros en un mismo contexto, alineando objetivos de compañía e inquietudes personales. Y siempre con mucho cuidado de no pasar la línea del exceso, porque flexibilidad de trabajo no significa “trabajo constante de forma flexible”.
Fomentar una cultura independiente de la experiencia física
La descentralización del lugar de trabajo trae consigo un importante dilema para la Experiencia Empleado. Ahora más que nunca, debemos ser capaces de prestar atención a los detalles, de crear una cultura por encima de parámetros físicos que atraiga y envuelva a nuestros equipos. De no ser así, corremos el riesgo de la desvinculación de nuestros empleados, y con ello, de perder ese deseado engagement que les impulsa a dedicar su talento a nuestra compañía y no a otra. Algo que debemos trabajar desde diferentes frentes:
Creando espacios de interacción y socialización deslocalizados;
Apostando por una comunicación interna más sólida y creativa;
Asegurando el crecimiento y visibilidad de nuestros profesionales…
Pero, sobre todo, contando con líderes enfocados a la gestión más allá de los resultados, humanizando su función. Porque a partir de ahora, ellos serán la principal vinculación con la empresa.
Sin duda hay mucho que pensar, planificar y trabajar. Pero como dice Ryan Brack, Senior Vice President de Fleishman-Hillard, “la necesidad es la madre de la invención y COVID-19 ciertamente ha planteado una volatilidad masiva a esperas de ser navegada”. O lo que es lo mismo, es el empujón que estábamos esperando para dar el paso hacia una nueva forma de hacer las cosas. Solo el tiempo dirá qué compañías son lo suficientemente valientes para aceptar el reto.
Fuente Original: https://observatoriorh.cl/las-empresas-aumentaran-el-numero-de-procesos-de-seleccion-100-digital/